La parashá VeZo’t HaBrajah es la última porción de la Torá y se encuentra en Deuteronomio 33:1 – 34:12. Esta parashá incluye la bendición final de Moisés sobre las tribus de Israel y concluye con su muerte. La haftará correspondiente es Josué 1:1-18, que conecta con la transición de liderazgo de Moisés a Josué. En cuanto al Brit Hadashá (Nuevo Testamento), hay varios pasajes que podemos considerar, especialmente en relación con el legado de Moisés y cómo Jesús (Yeshúa) cumple y completa la misión de Moisés.
1. Estudio de la Parashá: Deuteronomio 33:1 – 34:12
A. La Bendición de Moisés a las Tribus (Deuteronomio 33:1-29)
Moisés comienza bendiciendo a las tribus de Israel antes de su muerte. La sección inicia recordando el momento en que Dios descendió en Sinaí y entregó la Torá a Israel. Moisés describe cómo Dios vino con sus “santos millares” y cómo les dio una ley como herencia (33:2-4).
Cada tribu recibe una bendición específica, similar a las bendiciones de Jacob sobre sus hijos en Génesis 49, pero con algunas diferencias notables:
- Rubén (33:6): Moisés pide que Rubén viva y prospere a pesar de ser una tribu pequeña.
- Judá (33:7): Moisés pide para Judá fuerza en la batalla y que siempre sea escuchado por Dios.
- Leví (33:8-11): Moisés bendice a la tribu de Leví por su dedicación a la enseñanza de la Torá y su servicio en el santuario.
- Benjamín (33:12): Se le bendice como el amado de Dios, quien mora en seguridad.
- José (33:13-17): Recibe una bendición especial de abundancia, tanto en la tierra como en el cielo. José es elevado y sus descendientes son vistos como poderosos.
- Zabulón e Isacar (33:18-19): Se les bendice con prosperidad en sus actividades comerciales y espirituales.
- Gad, Dan, Neftalí y Aser (33:20-29): Estas tribus reciben bendiciones relacionadas con su papel en las batallas y sus tierras fértiles.
El capítulo 33 termina con una exclamación de alabanza a Dios, quien es el refugio eterno de Israel y quien los protege de sus enemigos (33:26-29).
B. La Muerte de Moisés (Deuteronomio 34:1-12)
Moisés sube al Monte Nebo, desde donde Dios le muestra la Tierra Prometida. Aunque Moisés no puede entrar en la tierra, Dios le concede ver toda su extensión. Moisés muere a los 120 años, con plena fuerza y vitalidad, pero sin cruzar a la tierra.
Dios mismo entierra a Moisés en un lugar desconocido en el valle de Moab, y el pueblo de Israel guarda luto por él durante treinta días.
El capítulo concluye diciendo que nunca más surgió un profeta en Israel como Moisés, a quien Dios conocía cara a cara. Moisés es recordado por su poder y sus actos milagrosos en Egipto y en el desierto (34:10-12).
2. La Haftará: Josué 1:1-18
La haftará de VeZo’t HaBrajah se toma del primer capítulo de Josué, donde se relata la continuación de la historia después de la muerte de Moisés. Dios le da la responsabilidad a Josué de liderar al pueblo de Israel y le promete estar con él como estuvo con Moisés.
Dios repite a Josué que sea fuerte y valiente y que medite constantemente en la Torá (1:7-9). Esto muestra que, aunque Moisés fue un líder extraordinario, la verdadera guía de Israel es la Torá de Dios, que permanece constante.
La transición de liderazgo a Josué también refleja que, aunque Moisés fue único, el propósito de Dios con Su pueblo continúa, ahora bajo un nuevo liderazgo.
3. Pasajes del Brit Hadashá relacionados
En el Nuevo Testamento, encontramos varias referencias que conectan la vida y misión de Moisés con la de Jesús:
- Mateo 17:1-9 (La Transfiguración): En este pasaje, Moisés aparece junto a Elías hablando con Jesús. Esto subraya la conexión de Moisés con la venida del Mesías y cómo Yeshúa es la continuación y culminación de lo que Moisés comenzó. Dios declara en este evento: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.” (Mateo 17:5).
- Juan 1:17: “La ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.” Aquí se reconoce el papel fundamental de Moisés como dador de la Torá, pero también se enfatiza que Yeshúa trae una comprensión más profunda y el cumplimiento de la voluntad de Dios.
- Hebreos 3:1-6: Este pasaje compara a Moisés y a Yeshúa, reconociendo el honor de Moisés como siervo fiel en la casa de Dios, pero afirmando que Yeshúa es superior porque es Hijo sobre Su casa.
4. Reflexión Final
La parashá VeZo’t HaBrajah nos enseña lecciones profundas sobre el liderazgo, la obediencia a Dios y el cumplimiento de Su voluntad a través de las generaciones. Moisés es recordado como el siervo más grande de Dios, pero también nos muestra que el propósito de Dios trasciende a un solo hombre.
Una reflexión clave es que, aunque Moisés no pudo entrar en la Tierra Prometida, su vida y su misión fueron completamente exitosas porque cumplió la voluntad de Dios hasta el final. Su legado no terminó con su muerte, sino que continuó en Josué y en la Torá que había enseñado.
En nuestras vidas, esta enseñanza nos recuerda que, como Moisés, no siempre veremos el cumplimiento de todas nuestras obras o metas, pero si permanecemos fieles a Dios y Su Torá, nuestros esfuerzos serán parte de algo mucho más grande, el plan eterno de Dios. También nos anima a ser “fuertes y valientes” como Josué, sabiendo que Dios siempre estará con nosotros mientras sigamos Su palabra.
La bendición de Moisés sobre las tribus nos recuerda que Dios tiene un propósito específico y una bendición para cada uno de nosotros. Así como cada tribu recibió una bendición individual, nosotros también debemos buscar nuestra identidad y misión dentro del pueblo de Dios.
Finalmente, la conexión con el Brit Hadashá nos muestra que Yeshúa es el cumplimiento de todas estas promesas. Él es el líder supremo que nos lleva a la Tierra Prometida final, la vida eterna y la restauración de todas las cosas.
Shabbat Shalom y que estas palabras nos fortalezcan para seguir caminando en los caminos de Dios, sabiendo que Él es nuestro refugio y fuerza.
Fuente: Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960).