PARTE 1
¿Sabías que el plan de redención de Dios tiene como uno de sus objetivos centrales restaurar a las 10 tribus perdidas de Israel también conocidas como Casa de Israel o Reino del Norte?
Muchos creyentes no conocen esta verdad fundamental que conecta directamente el Antiguo y el Nuevo Testamento. Y sin entender esta conexión, es muy fácil malinterpretar el propósito de la venida, muerte y resurrección de Yeshúa (Jesús) el Mesías.
En este artículo, exploraremos por qué Yeshúa tenía que morir, no como un simple sacrificio humano, sino como parte de un plan perfectamente legal y profético, diseñado por Dios mismo para poder volver a tomar a Su pueblo infiel sin quebrantar Su propia Toráh.
1. Las 12 Tribus de Israel: Un Pueblo que Debe Ser Restaurado
La Escritura nos dice que la Nueva Jerusalén tiene 12 puertas:
Apocalipsis 21:12
“Tenía un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos que son los de las doce tribus de los hijos de Israel.”
(Biblia Reina Valera 1960)
Esto nos revela que, en el plan final de Dios, cada tribu de Israel tiene una puerta asignada. Por lo tanto, no sólo Judá (los judíos actuales) están incluidos en el Reino eterno. También las 10 tribus perdidas del Reino del Norte están destinadas a ser restauradas y entrar.
Pero aquí surge un problema…
2. Las 10 Tribus del Reino del Norte: Una Esposa Infiel y Repudiada
Después del reinado de Salomón, el Reino de Israel se dividió en dos:
- Reino del Sur (Judá): formado por las tribus de Judá y Benjamín.
- Reino del Norte (Israel/Efraín): formado por las otras 10 tribus.
Dios describe a estas 10 tribus como una esposa infiel que se fue tras dioses ajenos.
Jeremías 3:8
“Ella vio que por haber fornicado la rebelde Israel (Reino del Norte), yo la había despedido y dado carta de repudio; pero no tuvo temor la rebelde Judá (Reino del Sur) su hermana, sino que también fue ella y fornicó.”
Oseas 1:6
“Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel (Reino del Norte), sino que los quitaré del todo.”
Este acto de repudiar a Su pueblo es comparado con un divorcio legal, conforme a lo establecido en la Toráh:
Deuteronomio 24:4
“No podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.”
Entonces, si Dios mismo estableció esta ley, ¿cómo podría volver a tomar a Su esposa infiel (Reino del Norte), sin violar Su propia Palabra?
3. La Ley del Esposo: Una Prohibición Que Solo la Muerte Puede Romper
Según la Toráh, la única forma legal de liberar a una mujer de la ley del esposo es si el esposo muere. Esto lo explica el apóstol Pablo en su carta a los Romanos:
Romanos 7:2
“Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras este vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido.”
Nótese que “la ley del marido” no se refiere a lo que se ha traducido como “la Ley” de Dios, en referencia a todos los mandamientos establecidos por Dios e la Biblia, sino que se refiere específicamente a una sola ley que indicaba que, una vez que el marido de la esposa repudiada moría, la mujer quedaba libre de dicha ley.
Esto significa que, para que Dios pueda volver a tomar a las 10 tribus (la esposa repudiada), Él mismo tendría que morir.
4. Yeshúa: Dios Mismo Hecho Hombre para Cumplir Su Propia Ley
La solución divina es tan maravillosa como profunda:
Juan 1:14
“Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”
Filipenses 2:6-7
“el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.”
Juan 10:17-18
“Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.”
Yeshúa no fue simplemente un hombre ejecutado. Fue Dios mismo entregándose para redimir a Su esposa infiel, cumpliendo Su propia Ley. Al morir, rompió legalmente el vínculo que impedía la restauración de las 10 tribus, librándolas de la ley del marido.
5. Yeshúa Vino a Buscar a las Ovejas Perdidas de la Casa de Israel
Yeshúa declaró cuál era Su misión principal:
Mateo 15:24
“Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel (Reino del Norte).”
Lucas 19:10
“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido (Reino del Norte).”
No vino a fundar una religión separada ni a crear una iglesia distinta del pueblo de Israel. Vino a restaurar a las 10 tribus perdidas, para unirlas nuevamente con Judá en un solo pueblo.
Yeshúa vino para traerlos de vuelta a Dios y a la Toráh como estilo de vida, siendo salvos por gracia, pero para vivir conforme a lo que Dios mismo estableció en Su Palabra. Recordemos que la Casa de Judá tenía la Toráh, pero le faltaba Yeshúa como el Mesías prometido, y que la Casa de Israel fue redimida por Yeshúa, pero le faltaba volver a la Toráh, debido a las distorsiones que se fueron dando a lo largo de los siglos en cuanto a la correcta interpretación de las Escrituras.
AQUÍ ES NECESARIO QUE HAGAMOS UN PEQUEÑO PARÉNTESIS.
¿Dónde dice la Biblia que los nuevos creyentes aprenderían la Toráh cada día de reposo?
La Biblia muestra que los nuevos creyentes, especialmente los gentiles que venían a la fe en Yeshúa, aprendían la Toráh de forma progresiva, y que este aprendizaje ocurría cada día de reposo (Shabbat), cuando se leía públicamente en las sinagogas.
Esto está escrito en el libro de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 15, donde se narra una reunión importante entre los apóstoles en Jerusalén para decidir qué hacer con los gentiles que se estaban convirtiendo a Dios.
Hechos 15:19-21
19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten a Dios,
20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.
21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.
Explicación sencilla del pasaje:
- En el versículo 20, los apóstoles dan a los nuevos creyentes gentiles cuatro instrucciones básicas iniciales relacionadas con prácticas muy graves que debían abandonar de inmediato (idolatría, relaciones sexuales prohibidas, animales ahogados y sangre).
- Pero en el versículo 21, explican la razón de por qué no es necesario pedirles que observaran toda la ley (Toráh) de una vez: porque Moisés (la Toráh) se lee cada Shabbat en las sinagogas. Es decir, los nuevos creyentes irían aprendiendo la Toráh semana tras semana al asistir a la lectura de las Escrituras cada día de reposo.
Lo que esto nos enseña:
- Los apóstoles no estaban quitando la Toráh, sino que estaban mostrando una forma sabia y progresiva de enseñar la obediencia a ella, especialmente a personas que venían de un trasfondo pagano.
- El Shabbat (sábado) seguía siendo el día en que los creyentes se reunían a escuchar la Palabra de Dios. No se menciona ningún cambio al domingo ni otra práctica diferente.
- El aprendizaje de la Toráh era parte natural del crecimiento de los nuevos creyentes en la comunidad de fe.
Conclusión:
El libro de Hechos deja claro que los nuevos creyentes, especialmente los que no eran judíos, aprenderían la Toráh de forma continua, escuchándola cada día de reposo en la sinagoga. Así, poco a poco, iban conociendo y obedeciendo los mandamientos de Dios.
Este pasaje es una evidencia bíblica clara de que la Toráh seguía siendo enseñada y observada en el tiempo de los apóstoles, y que Yeshúa no vino a abolir la Ley (Toráh), sino a vivirla y enseñarla correctamente.
6. La Restauración Final: Dos Casas, Un Solo Rey
El profeta Ezequiel habló de la reunificación de las dos casas de Israel:
Ezequiel 37:21–22
“y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes, y los traeré a su tierra; y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos.”
Ese Rey es Yeshúa. Y sólo por medio de Su muerte y resurrección, Dios puede legalmente volver a tomar a las 10 tribus que había repudiado.
7. Las 12 Puertas de la Nueva Jerusalén: Cada Tribu Tendrá Su Entrada
La redención no está completa si solo Judá (los judíos) entra en el Reino.
Dios ha destinado una puerta para cada tribu (Apocalipsis 21:12).
Yeshúa es la única vía legal y profética que permite que las 10 tribus perdidas regresen al pacto, y entren a través de su propia puerta.
Objeción común: ¿Pero acaso Dios no prohíbe los sacrificios humanos?
Sí. Y en efecto, Dios nunca pidió un sacrificio humano en este caso.
La diferencia aquí es quién dio la vida:
No fue un sacrificio humano ofrecido por otros.
Fue Dios mismo quien se ofreció voluntariamente.
1 Juan 3:16
“En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.”
No se trató de un ritual pagano, sino de una entrega voluntaria y profética para cumplir Su propia Ley y restaurar a Su pueblo.
Conclusión: Sin Yeshúa, No Hay Restauración para las Diez Tribus
Negar a Yeshúa como el Mesías no es simplemente rechazar una figura histórica.
Es rechazar el único camino legal y profético que Dios estableció para restaurar a Su esposa infiel, las 10 tribus perdidas del Reino del Norte.
Él no vino a abolir la Toráh, ni a crear una nueva religión.
Vino a cumplir la Toráh, y a redimir lo que se había perdido.
Y cuando regrese, Su pueblo completo —las 12 tribus reunidas— entrará por las puertas de la Nueva Jerusalén. La Biblia no menciona que haya una puerta especial o dedicada para los gentiles en la Nueva Jerusalén.
¿Estás despertando a esta verdad?
Si crees en Yeshúa y estás volviendo a la Toráh, es posible que seas parte de esas ovejas perdidas de la Casa de Israel que están regresando al pacto en estos tiempos proféticos.
Ezequiel 11:19–20
“Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.”
Referencias bíblicas utilizadas:
- Apocalipsis 21:12
- Jeremías 3:8
- Oseas 1:6
- Deuteronomio 24:1–4
- Romanos 7:1–4
- Juan 1:14; 10:18
- Filipenses 2:7
- Mateo 15:24
- Lucas 19:10
- Ezequiel 37:15–28
- 1 Juan 3:16
- Salmo 89:34
- Números 23:19
Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
PARTE 2
¿Dónde dice la Biblia que Efraín representa a las diez tribus perdidas de Israel?
Hemos visto que cuando la Biblia menciona a la Casa de Israel, no se refiere a todo Israel (las doce tribus), sino únicamente a las diez tribus del Reino del Norte. Cuando menciona a la Casa de Judá, se refiere solo a las dos tribus del Reino del Sur: Judá y Benjamín; pero otra dato clave es que, en algunos pasajes, se hace referencia a las diez tribus como Efraín, ya que Efraín representa a las diez tribus que se mezclaron con los pueblos gentiles y se convirtieron en multitud de naciones, para que se cumpliera la promesa que Dios le hizo a Abraham.
Esta afirmación se basa en un recorrido bíblico que conecta tres ideas fundamentales:
- La promesa de Dios a Abraham.
- La bendición de Jacob a Efraín.
- La identidad profética del Reino del Norte (las diez tribus) bajo el nombre de Efraín.
A continuación, explicamos cada punto con su respaldo bíblico.
1. La promesa a Abraham: padre de muchas naciones
Dios le prometió a Abraham que sería el padre no solo de una nación, sino de muchas.
Génesis 17:4-5
“He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes. Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.”
(Reina Valera 1960)
En hebreo, la expresión es “av hamón goyim”, que significa “padre de una multitud de naciones”.
2. La bendición a Efraín: será plenitud de naciones
Jacob, también llamado Israel, adoptó a los dos hijos de José, Efraín y Manasés, como suyos. Aunque Manasés era el primogénito, Jacob le dio la bendición mayor a Efraín.
Génesis 48:17-19
“Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano de su padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés. Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque este es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza. Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones.”
En el hebreo original, dice que la descendencia de Efraín será “melo ha-goyim”, lo que se traduce como “plenitud de las naciones” o “una multitud entre los gentiles”.
Esto conecta directamente con la promesa a Abraham. Efraín sería el medio por el cual esa promesa se cumpliría.
3. Las diez tribus son llamadas Efraín
Después de la muerte del rey Salomón, el Reino de Israel se dividió en dos:
- El Reino del Sur, llamado Judá (Judá y Benjamín).
- El Reino del Norte, compuesto por las otras diez tribus, con Efraín como tribu principal.
Por esta razón, en los profetas, las diez tribus del norte frecuentemente son llamadas simplemente “Efraín”.
Oseas 5:3
“Yo conozco a Efraín, e Israel no me es desconocido; porque ahora, oh Efraín, te has prostituido, y se ha contaminado Israel.”
Oseas 6:10
“En la casa de Israel he visto inmundicia; allí se ha prostituido Efraín, se ha contaminado Israel.”
Isaías 7:8
“Porque la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza de Damasco, Rezín; y dentro de sesenta y cinco años Efraín será quebrantado hasta dejar de ser pueblo.”
Aquí vemos que Efraín es usado como sinónimo del Reino del Norte, el cual fue deportado por Asiria y dispersado entre las naciones.
4. Efraín se mezcló con los gentiles
Las Escrituras también declaran que Efraín se mezcló con los pueblos, cumpliendo así la profecía de ser “plenitud de naciones”.
Oseas 7:8
“Efraín se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín fue torta no volteada.”
Oseas 8:8
“Devorado será Israel; pronto será entre las naciones como vasija que no se estima.”
Oseas 9:17
“Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; y andarán errantes entre las naciones.”
Estas palabras proféticas se cumplieron cuando las diez tribus fueron llevadas al exilio por el Imperio Asirio, como narra 2 Reyes 17. Desde entonces, muchas se mezclaron con los pueblos y se perdieron su identidad visible.
5. La restauración futura de Efraín (las diez tribus)
Aunque fueron esparcidas, Dios prometió restaurarlas en los últimos tiempos. Esta restauración implica volver a ser parte del pueblo de Israel, junto con Judá.
Ezequiel 37:19
“Diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano.”
Aquí vemos que el “palo de Efraín” representa no solo a su tribu, sino a todas las tribus que lo acompañan: las diez tribus del Reino del Norte. Dios promete unirlas nuevamente con Judá y hacer un solo pueblo.
Conclusión
La Biblia sí enseña que las diez tribus del Reino del Norte se conocen también como “Efraín”, porque esta tribu fue la más influyente y dominante del reino.
- Efraín recibió una promesa especial: ser “plenitud de naciones”.
- Efraín fue esparcido entre los gentiles por causa del pecado.
- Esta dispersión cumplió las palabras proféticas dadas a Abraham, Isaac, Jacob y José.
- Su futura restauración está anunciada como parte del plan final de redención de Dios.
Esta comprensión es clave para interpretar correctamente muchas enseñanzas del Mesías Yeshúa, especialmente cuando dijo:
Mateo 15:24
“Él respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel (Reino del Norte).”
Es decir, vino a buscar y redimir a los descendientes de Efraín, esparcidos entre las naciones, para restaurarlos al pacto original junto con Judá.
PARTE 3
Reflexión Final: Las Diferentes Perspectivas, las Dudas y la Necesidad de Buscar a Dios
Dentro del estudio de las Escrituras —tanto del Tanaj (Antiguo Testamento) como del Brit Jadashá (Nuevo Testamento)— existen múltiples perspectivas entre diferentes tradiciones y corrientes teológicas. Esto ha producido muchas interpretaciones sobre el papel del Mesías, la restauración de las tribus de Israel y el cumplimiento de las profecías.
¿Qué enseña el judaísmo sobre las diez tribus?
Dentro del judaísmo actual hay varios grupos con diferentes posiciones respecto a las diez tribus perdidas del Reino del Norte:
- Algunos enseñan que las diez tribus fueron asimiladas en las naciones gentiles y que no regresarán, y que la restauración futura solo incluye a Judá y a quienes se adhieran al pueblo judío.
- Otros creen que las diez tribus ya regresaron en algún momento histórico, como durante la época del exilio babilónico, aunque esto no concuerda con los registros históricos ni proféticos.
- También existe una opinión dentro del judaísmo que afirma que nunca se separaron completamente, lo cual contradice las advertencias proféticas y el juicio divino mencionado explícitamente en libros como Oseas, Jeremías y 2 Reyes.
Sin embargo, cuando se considera el panorama completo de la Escritura, especialmente en pasajes como Ezequiel 37, queda claro que Dios anunció una futura reunificación de dos casas: la Casa de Judá y la Casa de Israel (Efraín), lo cual indica que la separación fue real y que la restauración es un proceso profético aún en desarrollo.
El despertar desde el cristianismo: una vuelta a la Toráh… pero, ¿y Yeshúa?
En años recientes, muchas personas que crecieron en contextos Católicos o Cristianos evangélicos surgidos de la Reforma protestante de Martín Lutero, han comenzado a estudiar la Biblia con nuevos ojos, descubriendo que mucho de lo que aprendieron fue influenciado por interpretaciones alejadas del contexto cultural hebreo y bíblico original.
Descubren que:
- El Shabbat (sábado) fue establecido por Dios desde la creación (Génesis 2:2–3), y ordenado como día de reposo perpetuo en la Toráh (Éxodo 31:16).
El cambio del día de reposo al domingo fue establecido por el imperio romano y el catolicismo alrededor del año 321 d.C., bajo el emperador Constantino. Fuente: Catecismo católico, “The Convert’s Catechism of Catholic Doctrine” por Peter Geiermann, C.SS.R., 1957 edition, p. 50: “Of course the Catholic Church claims that the change [from Sabbath to Sunday] was her act…” En español sería:: “El Catecismo del converso de la doctrina católica” por Peter Geiermann, C.SS.R., edición de 1957, p. 50: “Por supuesto, la Iglesia Católica afirma que el cambio [del sábado al domingo] fue un acto suyo…”. Fuente de esta referencia y de otras relacionadas con el tema:: https://biblesabbath.org/articles/roman-catholic-and-protestant-confessions-about-sunday/ - Las Fiestas bíblicas no son “fiestas judías” en origen. Dios mismo las llama “Mis fiestas” (Levítico 23:2), y las establece por estatuto perpetuo. Estas son:
- Pesaj (Pascua)
- Matzot (Panes sin levadura)
- Bikurim (Primicias)
- Shavuot (Pentecostés)
- Yom Teruá (Día de trompetas)
- Yom Kipur (Día de la Expiación)
- Sukot (Fiesta de los tabernáculos)
- La alimentación bíblica también ha sido ignorada. En Levítico 11 y Deuteronomio 14, Dios especifica qué animales son aptos para el consumo humano y cuáles no lo son. El cerdo, los mariscos y otros animales “inmundos” no fueron creados para consumo humano. Muchos de los animales inmundos fueron creados para limpiar el medio ambiente, como es el caso de los animales carroñeros y los animales que limpian los océanos de excremento de otros seres acuáticos y de otras impurezas.
Un problema real: cuando algunos comienzan a dudar de Yeshúa
Muchos que comienzan este despertar a la correcta interpretación de las Escrituras llegan a comprender que la Toráh sigue vigente, y que vivir conforme a ella no es legalismo, sino obediencia amorosa. Sin embargo, en ese proceso, algunos comienzan a cuestionar también a Yeshúa como el Mesías, influenciados por argumentos dentro del judaísmo que rechazan su mesianidad.
Algunas personas son atraídas al judaísmo en su búsqueda durante este proceso de retorno a la obediencia bíblica, reconociendo la vigencia del Shabat, las fiestas y la Toráh. Pero con el tiempo, y tras profundizar en enseñanzas rabínicas, llegan a creer que Yeshúa no es el Mesías.
Argumentos comunes en el judaísmo afirman que Yeshúa no cumple con las expectativas mesiánicas tradicionales, o que el Mesías no necesita venir en forma humana, o incluso que no habrá un Mesías personal.
Pero la misma Escritura —incluso dentro del Tanaj (Antiguo Testamento)— presenta evidencias claras de que Dios mismo tomaría forma humana y sería traspasado por Su pueblo.
“Verán al que traspasaron”: ¿Cómo puede ser esto?
Zacarías 12:10 dice:
“Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.”
Aquí es Dios mismo quien habla (“mirarán a mí”) y declara que será traspasado.
Pero Dios es Espíritu (Juan 4:24), ¿cómo puede ser traspasado?
Solo si Él mismo se encarna, como lo hizo en Yeshúa, puede cumplirse esta profecía.
Y también está escrito:
Apocalipsis 1:7
“He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él…”
Ese día muchos llorarán —cuando vean que Yeshúa sí era el Mesías, que murió por nuestros pecados, y que su sacrificio fue el único medio para restaurar el pacto.
Una invitación sincera: ora, pregúntale al Eterno
Si alguna vez has tenido dudas, si en tu caminar has comenzado a cuestionar la identidad de Yeshúa, no estás solo. Las dudas existen, las crisis de fe también. Somos humanos, y está bien buscar respuestas.
Pero no tomes decisiones definitivas sin antes acudir al Autor de toda verdad.
Ora. Pregunta. Pide.
Habla con Dios.
Dile: “Muéstrame, Señor, si Yeshúa es realmente el Mesías. Si Tú viniste en forma humana para restaurar a Tu pueblo. Confírmamelo en mi corazón y en Tu Palabra.”
Él no rechaza a quien le busca con sinceridad.
Y si Yeshúa es el Mesías… entonces el plan es perfecto
Porque solo si Él es el Mesías, entonces las diez tribus pueden regresar legalmente.
Solo si Él murió y resucitó, entonces el esposo puede volver a tomar a la esposa infiel.
Solo si Él es el Rey de reyes, entonces las doce tribus pueden entrar por las doce puertas de la Nueva Jerusalén, como Dios lo prometió.
Y solo si creemos en Yeshúa, aunque hayamos sido gentiles, ahora somos parte del Pueblo de Israel y hemos dejado de ser gentiles, como dice Pablo:
Efesios 2:12–13
“En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.”
Si tú crees en Yeshúa, has sido injertado en el pueblo de Israel.
Y un día, junto con todos los redimidos, entrarás por una de esas doce puertas, hacia la presencia eterna de Dios en la Nueva Jerusalén.
Que el Eterno te bendiga y te dé sabiduría y discernimiento, y que Su Espíritu Santo te lleve a Su verdad, guardándote de cualquier influencia humana que no se alinee con Su Palabra.
Juan 16:13
“Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.”
