PREGUNTA: ¿Podría Jesús haber dado nuevos mandamientos o una versión resumida de los mismos?
No, Jesús no pudo haber dado “nuevos” mandamientos ni una versión resumida que contradijera la Ley (Torá) dada por Dios en el Antiguo Testamento. Esto se debe a varias razones fundamentales basadas en las Escrituras:
1. Los mandamientos de Dios son eternos
Dios mismo declara que sus mandamientos son eternos, y no se pueden añadir o quitar de ellos. En Deuteronomio 4:2, Dios advierte:
“No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordeno” (RVR1960).
En Salmo 119:89 dice:
“Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos” (RVR1960).
Si Jesús hubiera dado mandamientos nuevos o cambiado los mandamientos existentes, estaría violando la ley de Dios, lo cual no es posible porque Jesús, siendo el Mesías, vivió perfectamente según la Ley.
2. Jesús afirmó la validez de la Ley
Jesús nunca declaró que estaba dando nuevos mandamientos, sino que reafirmó la importancia de la Ley y los Profetas. En Mateo 5:17-19, Jesús dice claramente:
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos” (RVR1960).
Este pasaje refuerza que la Ley (Torá) sigue vigente y que Jesús no vino a eliminarla, sino a cumplirla y enseñarla correctamente.
3. El resumen de los mandamientos en “Amar a Dios y al prójimo”
En Mateo 22:36-40, Jesús da un resumen de la Ley cuando le preguntan cuál es el gran mandamiento:
“Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (RVR1960).
Este no es un “nuevo mandamiento”, ni es una simplificación que sustituya los mandamientos de la Torá. Más bien, Jesús está citando el Shema de Deuteronomio 6:5 (“Amarás a Jehová tu Dios con todo tu corazón…”) y Levítico 19:18 (“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”). Al hacer esto, Jesús está resumiendo la esencia de los mandamientos, pero no está aboliendo ninguno. Toda la Ley está basada en el amor a Dios y al prójimo, y estos dos mandamientos encapsulan esa verdad. El resto de los mandamientos explica cómo se debe amar a Dios y al prójimo en la vida diaria.
4. Jesús vivió y enseñó la Ley
Jesús observaba la Ley de Dios tal como estaba escrita en el Antiguo Testamento. Él guardaba el Sábado (Shabat), celebraba las Fiestas Bíblicas (como la Pascua), y observaba los mandamientos dietéticos. En los Evangelios, no se ve a Jesús enseñando a las personas que dejen de observar la Ley de Dios. Más bien, corrigió las interpretaciones erróneas y las tradiciones humanas que habían distorsionado la Ley, como se ve en Mateo 15:3-9, donde Jesús critica a los fariseos por poner las tradiciones humanas por encima de los mandamientos de Dios.
5. El “nuevo” mandamiento de amarse unos a otros
En Juan 13:34, Jesús dice:
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros” (RVR1960).
Aunque Jesús usa la palabra “nuevo”, no se refiere a un mandamiento que contradiga la Ley anterior. Más bien, está profundizando en el mandamiento de amar al prójimo, ejemplificándolo con su propio amor sacrificial. Este “nuevo” mandamiento es una expansión del amor al prójimo ya ordenado en la Ley de Moisés, pero elevado al nivel del amor de Jesús, que es sacrificial y abnegado.
6. Los apóstoles también afirmaron la validez de la Ley
Pablo, uno de los principales apóstoles, refuerza la continuidad de la Ley cuando afirma en Romanos 3:31:
“¿Luego por la fe invalidamos la ley? En ninguna manera, sino que confirmamos la ley” (RVR1960).
Aunque se enseña que la salvación es por gracia mediante la fe en Jesús, los mandamientos no son invalidados. Pablo enseña que la Ley sigue siendo la guía para la vida de los creyentes.
Conclusión:
Jesús no dio mandamientos nuevos que contradijeran o reemplazaran los mandamientos de Dios dados en la Torá. Lo que Jesús hizo fue clarificar y cumplir la Ley, mostrándonos su verdadero significado y cómo debe vivirse en amor a Dios y al prójimo. Él no anuló ni simplificó la Ley; más bien, la vivió a la perfección y nos mostró el camino para seguirla correctamente.
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